Si vengo desde el interior que se note
Donde nace el río Avellano
Soy como el chucao soberano
Que pega el grito en el monte
Tiene todo un horizonte
La porfiada naturaleza
Del gaucho con su nobleza
De mi patagonia querida
Y así voy pasando mi vida
Hablándote de sus bellezas.
Sacie la sed de mis fantásticos ríos
De bosques y glaciares que ilumina
Bebí de sus aguas cristalinas
Patagonia arisca llena de bríos
De senderos alegres y sombríos
Apasionado contemple sus colinas
Que ahora el indolente contamina
Que el rastrero vende patria si decoro
Le entrego al déspota todo el oro
Dejando escorias en las mina.
Es el mismo canto paisano
Que te abre los horizontes
Pongan atención los oyentes
Y a mis queridos hermanos
Es el canto del río avellano
Un sentimiento sagrao
De cordilleras y nevaos
Del chucao y sus encantos
Y se consuela con su canto
El gaucho hasta cuando anda venao.
No hagan ruido los ladrones
No se ofendan con mi relato
Aun que pelo y no mato
Y no les pido perdones
Sepan disculpar mis razones
Y vasta de ser muy blando
El gringo se esta apoderando
De minerales ríos y cañadas
Y de toda mi tierra amada
Patagonia te están robando.
No saben que el arroyito
Es río que llega a la mar
Y furioso te quiere madrugar
Nace siendo chiquito
Y se larga nomás el maldito
Cuesta abajo el renegao
Con palos y barro todo lo anegao
Y el diosito que tu sigues
Venga luego y te castigue
Por no pillarte confesao.
Bajo la encendida llama
Fue quemando campo afuera
Y se metió en la cordillera
De allá por donde el viento brama
Es un árbol que reclama
Por sus bosques queridos
Y por lo mucho que han sufrido
Ya no hay auroras tempranas
Ni pájaros que alegren las mañanas
Aura todo se ha perdido.
Donde todo es poesía
Tus cielos árboles fiordos y lagos
Pa” mi tierra mil halagos
Que tanta falta le hacia
Diciéndote que te quería
Y me tenés querendón
De el mañiguales y el cañón
Por tu fiesta campera
Si un tiempo estuve afuera
Aura te pido perdón.
Y mirando de toda la más bella
Que al gaucho le ilumina el camino
Un raudo pasó y calcino
La cruz del sur con sus estrellas
Punta guanaco también ellas
Y el lucero del alba guiños le hacía
A una de las tres maría
Le mando una bota con vino
Que le envió un Aysenino
De haya por la tierra mía.
Las mil y tantas fantasías
Juventud divino tesoro
Yo que tanto los adoro
Por que cuando quieres reír reías
Será tu loca algarabía
Como un niño vivaracho
No te me achiques muchacho
Rebelde pero con causa
El Jimpeter que te acusa
No lo infles por carancho.
Mi canto es como yo lo siento
Y aquí me pongo a cantar
Nace en el monte y llega al mar
De apoco mis sufrimientos
Mi canto es canto del viento
Y que se lleva por delante
Mi canto es un río andante
Libre nació en su trajinar
Y no lo pretendan parar
Con mega represas los maleantes.
Y ha querido el destino
Mi canto es como un río largo
Junta experencia en su letargo
Como el arte de los que hacen vino
Y yo el arte de tomármelo en los camino
La pucha yo si barajo
También pa” mi es un trabajo
Tomar tanto y no me pagan
Pa” mi que hay la recagan
Tirarse una pipa por abajo.
Soy el verso sutil que a las damas sonroja
Como un calido beso, que en tu cuello reposa
Los pétalos de tu cuerpo, florecen, y se hacen rosas
Es la lujuria boreal te sacude te toma y te arrojas
Y arde en las paciones de las rosas rojas
En mi meza hay dos velas encendidas y tercio pelo
Y bailas para mi la danza como la de siete velos
Y abriendo la ventana vuelan por la casa aromas del
deseo
De plegarias que van al cielo de sueños vírgenes que
veo
Como mágicos espejismos de ángeles que van al cielo.
Y por esos largos caminos
De la dulce policromía
De armonía, ritmo, y melodía
Es el canto de este Aysenino
Pa todos los campesinos
Que viven en la tierra mía
Yo que tanto te quería
Este es mi canto paisano
En una décima del Avellano
Entre el cañadón te cantaría.
Sentí el puñal como un cordero en agonías
Recuerda mi corazón viejas heridas
Por que tú desden era un adiós de despedidas
Yo te pedí que me creyeras y vos reías
Al parecer amor, algo me decías que te perdía
Escuche las voces de mis arroyos y de mis ríos
Que el amor abecés nos hace morir de frío
Querer tanto y pa que al final puras penas
Como ese adiós que me ata y encadena
Y se fue el amor aquel que era mío.
Cuantas veces maravillado del paisaje
En la selva impenetrable y brava
Cuando el sol bien a la tarde se entraba
Sentía los duendes moverse en el ramaje
Los miedos de la noche consumían el coraje
Cuando niño por el baker pilcheriaba
Y por los escarpados roqueríos me persignaba
Llevando un semblante rígido y severo
Igual que el gaucho Felmer ya era un tropero
Y debajo de las lengas un gauchito acampa'o.
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