domingo, 18 de enero de 2015

y te nombro

por los recuerdos

Allá en un lugar divino 
Desde el valle Chacabuco
La tierra de mi caballo pasuco
Y en este suelo Aysenino
Hago un alto en el camino
En el canto de violeta Parra
Y en noche que el cielo amarra
En esa comprometida mirada
Pa mis gauchos quedo retratada
De esa mujer en mi guitarra.

Y allá en los confines
Se te ha marcado en el semblante
Cierto gesto amenazante
Como su pangaré con sus crines
Que muy pronto se define
Y muy rápido presiento
Como la luz del firmamento
Donde el moro es preferido
Y en mis pago muy querido
Por ser más veloz que el viento.

Y en los parajes Ayseninos
Escucho una sinfonía preciosa
Son las guitarras melodiosas
De los cantos campesinos
Y en sus días cristalinos
Una paisana con su garganta
Es una morocha que canta
Con sus tremendas caderas
Moviéndolas a su manera
De una forma que encanta.

Nunca falta un gaucho travieso
Que se destaca por lo bizarro
Cantando con voz de charro
Enamorado de embeleso
A la morocha le pone un beso
En la mejilla el cristiano
Dijo que era un beso de hermano
Y que naiden le arme dujusto
Lo había echo con mucho gusto
Y que la vería mañana, temprano.

Y a pesar de los enamoramientos
El gaucho aun la guitarra tenía
Y le decía a la morocha ceras mía
Y tomando el instrumento
Y otro besito en ese momento
Si había sido muy ventajero
Tenía a mano el parejero
Con esto de enamorar
Tal vez tendría que escapar
Esta vez pal extranjero. 

El mozo vivaracho y ligero
Cruzo cual nube bizarra
Dejando una herida en mi guitarra
En el corredor de un estanciero  
Salió echando humo de fiero
Así se manejaban las cosas
No eran pa el color de rosas
Cuando encontrabas un primor
Antes de gritar envido te cantaron flor
Por jugar al truco con don Tolosa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario