lunes, 19 de enero de 2015

VIEJAS HERIDAS

Ella siempre miraba,  de reojo
La rosa por un clavel, fue encendida
Apenas despuntaba el día, allá por los abrojos  
Remueven muy dentro de mi ser, viejas heridas
Recuerdo, como me miraban sus ojos
Pobre amor, donde estará, mi vida

Muchas veces, la naturaleza
me enamora, y me encanta
Es tan divina, y tan savia
Cuando vivo una tristeza
El zorzal, siempre canta
Y para el monte, endereza

 En mis noches patagónicas
En noche de mil estrella
Por confidente y nostálgicas
Me consuelo con todas ellas
Mi noche se vuelve mágica

Como un silencio dorado
Se enciende tu cuerpo amado
Amor de noche de luna y fogón
Fíjate vida en tu corazón
Me tenéis arto enamorado

Al acariciar  la más bella flor
que se desnudaba en el largo viaje
y contemplando el jardín tu paisaje
Adorable rosa me pincho sin dolor
con la llama encendida azul del amor

Y de este pequeño amor que me toca
El cielo con sus truenos a la tierra provoca
Y sonreía al amor que en dulce espera
Llegara el príncipe azul, de sus quince primavera
y en la tristeza serrada, de esa hermosa boca



  


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