del poema 22
Llegando
al poblado, de cerro Castillo
allí
en la nieve, muchacha yo te amé
tu
vestido blanco, y amarillo
en
los calafate, enredaste no sé.
Después
que paso, el tiempo por allá lejos
tu
amor me quema, recuerdos viejos
y la
bohemia de mis noches, de pobreza
salía
al cruce del camino, una sombra dejo
era
la imagen de la luz, me iluminaba la tristeza.
Era
una morena preciosa, de cerca y de lejos
te lo dicen los glaciares, que ella usaba de espejos
muchacha
en el río Ibañez, amores te pedí
las
noches son muy largas, y también fría
entre
los Calafates, te espinaba de agonía
y entres
las Lengas, y Coihue te perdí.
No
mi vida tu amor nunca fue una carga
cuando
puedas en otro tiempo te veré
no será mi destino llevar una vida que me amarga
y
en los bosques de mi tierra también me perderé.
A quedado de nosotros, esos tiempos viejos
me dijiste con lagrimas de llanto, te dolió
que
no se entere por favor, ni siquiera tus viejos
no nos queda otra, ahora, que decirnos adiós....
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