del poema 21
Porque cuando tuve, que
madurar, a destiempo
y escuchar el sollozo, de mi pobre madre
en un rancho humilde, que le dio mi padre
los inviernos crueles, se colaron, por las hendijas
congelando de angustia, de penas y de frió
a sus pobres hijos, a sus pobres hijas
sentía en mi interior, como oscurecía
mi canto, es como alma en pena, de mi poesía
que aprendí, de la rabia, que da mi canción
de las impotencia, que impone a los hombre
en su lucha diaria, por el pan, que se le hace esquivo
y en mi propio rancho el fue un fugitivo
y en las barricadas, lograr, su emancipación
va gente, protestando, que los lleva el hambre
cargados de odio, de penas, y tristezas
y pasan los ricos, los ven, y no les interesa
miserias que arrastran, en sus llantos, las madres
reclaman los hijos, reclaman los padres
y la indiferencia, del que no tiene, conciencia
se lava las manos, y se cruza de brazos
y el mundo sigue, a los tumbos, y a los porrazos
el rebelde estudiante, que es fuerte y la piensa
y hace en las calles, la tesis, universitaria
porque se le viene, muy pronto, toda la malaria
lucha por su vida, no piensa en la muerte
porque cuando quiso, también , lo engañaron
se desangro, en amores, y en caricias y besos
y en sueños de vida, él se sintió preso
y en sus labios, también cayó, el que era fuerte
por que las injusticias, a él le enseñaron
y ahora es como un ciprés, que no tiene flores
robusto, aunque tengas sed " agua " no implores
igual te aras hombre, aunque pases, por todo eso
en las rebeldías, de adolescente, de joven
que lloran, que gritan, que aman, que ríen,
viven, pelean, en su lucha por la vida y la muerte
como Jesucristo en la cruz, yo pido perdón,
por todos ustedes,
la calle y los estudiantes, le pasaran por encima
y los movimientos sociales
te espera un desierto, de volcanes, va ser muy duro
pintando consignas, subversivas, y se escucha un grito
en la calle
aunque te nieguen, todo aquellos, serás siempre el futuro....