del poema 13
Soy un zorzal, peregrino
andando siempre, he de andar
vuelo en el cielo, y en el mar
no sé cuál será, mi destino
tengo de consuelo, el vino
que en el jardín, de las rosas
elijo a la más hermosa
que me hace enamorar
con vos quisiera volar
y tenerte, como una diosa.
Señorita Catherine del Pino
decime que es lo que te pasa
que andas con sueños de casa
yo sé bien porque te adivino
puedo enseñarte el camino
pero no seguirte en tu andar
porque tienes otro caminar
porque el mío es el vino
decime pa donde va tu destino
tal vez te pueda animar.
Tu hijo con su amor, te encierra
el es tu enorme consuelo
hay un solo dios, en el cielo
y un amor de madre, en la tierra
ella siempre te querrá
me gustaría esa dicha, de adorarte
sintiendo la amorosa, ansiedad de besarte
tienes el embrujo, de tu gracia risueña
y callarme entonces, al saberte mi dueña
y estaría feliz mi vida, al cantarte.
Como el lucero a las estrella, yo las amaba
mi pobre corazón, al verte se embelesa
como quisiera robarte, ese dejo, de tristeza
se asomaba la pena, de tu inocencia y se ocultaba
yo solo un rayo de tus ojos, ambicionaba
busco en tus ojos, la luz, de tu mirada
que estremeció mi alma, alborotada
no quisiera, que esta pación, se apague
y el día y la noche, nos embriague
con el divino beso, de la alborada.
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