Nostálgicas y Patagónicas
Dentro
de mi corazón,
Y en
mis venas corre un río
Donde encontrarás
Un
valle dulce y perfumado
O acaso llegue tarde
A tu
corazón, y esté ocupado.
Ahí donde corren mis arroyos,
Que
se hacen ríos, tengo frío.
Auroras y atardeceres que te di,
De románticos ocasos
Que
eran míos...
Que el lucero del alba,
Y el
Creador nos de alumbre
Y que los gauchos patagónicos,
No
pierdan sus costumbres.
Afuera en las escarchas,
Mi
amor se resbalaba
Y en la cordillera,
El
resplandor, y el sol reinaba
Mientras mi alma,
Se
llenó de mansedumbre.
La cordillera nuevamente,
Me
tendía sus brazos
Al ver que mi amor, muy lejos
De
los cerros se perdía
Y mis sueños de ilusiones,
En el
fogón, y en sus llamas se veían.
No sé, mi corazón resistió,
Si
quedó hecho pedazos
Voy con mi guitarra, a cantarle loas,
A mi
propio ocaso
Por qué será que siempre,
Me tocan
amores desolados
Soy como bosques y ríos,
Sus
gritos no han sido escuchados.
Me quedé pensando a orillas
De
tus ríos congelados
Para encontrar consuelo,
Donde
canta a la soledad el chucao
Donde
el genio del gaucho,
Patagonia
te ha cantao.
Luego sentí el calor,
De
los bosques Ayseninos
Que ahuyentaban los desamores,
Que
eran fríos
Se alejaban cuesta abajo,
Como
mis ríos.
Cubiertas están sus ramas,
De
nieve en sus caminos...
Ha enredado el gaucho los amores,
Como
a su propio destino.
Le ha
pasado por enamorarse,
Y
ahora sufre los sinsabores
Por mirar, ojos soñadores,
Embrujados,
y seductores...
A tus pies, como un hombre,
Que
se entrega al amor, de los amores.
En tu jardín soy, como un clavel
De
campo, entre tus flores
Y tus
inviernos nevados,
Me
lanzan crueles decepciones.
Soy como un invierno largo,
Donde
inverno mi poesía...
Mi corazón, está puesto
En
clave de sol de primavera
Siento mis arroyos, bajar
Entre
las piedras, por la cordillera
Donde mi canto se transforma,
Y
otra luz me llene de alegrías
Y anda
libre, por mi tierra
Sin
represas, que son una porquería...
Pasan
mis inviernos
Y
esos amores, esperan congelados.
Traigo
frutos, y flores que encontré
Cuando
andaba por Baker en los caminos
La
flor del ciruelillo, la misma flor del notro
Y
ese canto mió, como estos versos potro
Que
galopa en mi alma
y bellaquea
en mi corazón, y en destino...
Viene
la primavera y nos entregamos
Al
amor, y amar y ser amados.
Dejamos
muy dentro,
Lo
que ayer eran ilusiones
Y nos extasiamos de locuras,
En
la pasión de las pasiones...
Vuelve
a cantar, mi corazón,
Por los
violines, ya desenterrados.
Brotan los árboles del verde,
Donde
andan los pájaros alegres
Y cantan,
cuando llueve,
Con
agua cristalina.
Donde pasta el ganado,
De
mi gente campesina...
Preparan su nido con paja,
Igual
que Jesús en el pesebre.
Los cerezos se llenan de flores,
Y se
viene muy rápido diciembre.
Traigo
el verso criollo
Que
al centralismo espanta
Cuando
se siente libre
Suelta
todo el rollo
Y se
escapa por mi garganta...
En
mi cielo el arco iris,
Es
un pentagrama de colores,
De
notas dulces y bellas,
Donde
el zorzal patagón,
Pasó
y dejó su huella.
Siempre llega el sol,
Y me
anuncia e inquieta
Con dulces
acordes, que alegran
El
alma del poeta
Donde salen mis gauchos,
A
guitarrearles a las estrellas....
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