jueves, 12 de enero de 2012

A Gregor Siboeck

 

El sol asoma, allá en el lejano oriente
Un gringuito de Austria y muy valiente
Caminando por los cinco continentes
Se largó a conocer gente, diferente
Con su andar firme y pausado
Anduvo cruzando cerros y nevados.


Camina por los prados y por los pirineos
El Versalles un castillo de Francia, hecho de roca
Contadme si era cierto, que vivía una reina loca
Y en Inglaterra decidme, si se caso con el Rey feo.


Hablo con reyes, líderes como Gandhi
Y hasta en Japón, con varios navegantes
Dalai lama le reclama
Una vida austera y desafiante
El dios sol los acompañe, y los alumbre
Y luego una terrible incertidumbre.

Que los cielos se le abran al gigante
Pisar liviano, así rastro no deja
Para aliviar la carga, comía puras lentejas
En el Machu Pichu o santiago de Compostela,
Para seguir se echo al hombro la mochila
Y con la carga se ve, como si fuera una hormiga
Llevándose el globo terráqueo, a la china.

Dispuesto a cruzar lo océanos
Para hablar con ricos, pobres, jóvenes, y ancianos
Se parecía al Caupolican, el gran toqui araucano
Echándose un gran tronco a las espaldas
Apenas un cuarto de tonelada
Los levantó como si nada
Igual que vos y yo también soñaba.

Liberar a sus indígenas hermanos
Del yugo español, fue traicionado
Como todos los valientes olvidados
Los entregaron atados, de pies y manos
No quisiera que te pase lo mismo
Y te vayas con tus sueños a los abismos
Escucho un tropel en tu conciencia
Es tu juventud que salta, brinca y piensa.

Es el camino del inca, de piedra señalado
Por la ambición, de la plata y el oro
Fueron traicionados
Bajo tus pies, el camino se acerca al monte
Cuando mas cerca crees llegar
Se te aleja más el horizonte.

En los míos, ya hay cansancio y dolor
Yo protegí al huemul, en su existencia
Y el puma hambriento, juraba su inocencia
Por que no he de dar abrigo al caminante
Y ser mudo testigo de su amor.

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